Los movimientos sísmicos emocionales si existen y pueden generar grandes estragos, es común sentirnos desesperados y sin saber qué hacer frente a las dificultades que nos enfrentan. Sin embargo, la historia del Rey David nos enseña que, incluso en momentos de gran tristeza y sufrimiento, Dios te ayudara una vez más porque El es nuestro refugio y nuestra ayuda.
Dios te ayudara una vez más
En el Salmo 70, David expresa su desesperación y petición de ayuda a Dios, pidiendo que Él lo rescatara y le dio la victoria sobre sus enemigos. David nunca perdió fe en Dios y se refugió en Él durante esos momentos.
1 Por favor, Dios, ¡rescátame! Ven pronto, SEÑOR, y ayúdame.
2 Que los que tratan de matarme sean humillados y pasen vergüenza. Que los que se deleitan en mis dificultades retrocedan con deshonra.
3 Que su vergüenza los horrorice, porque dijeron: «¡Ajá! ¡Ahora sí lo atrapamos!».
4 Pero que todos aquellos que te buscan estén llenos de alegría y de felicidad en ti. Que los que aman tu salvación griten una y otra vez: «¡Grande es Dios!».
5 En cuanto a mí, pobre y necesitado, por favor, Dios, ven pronto a socorrerme. Tú eres mi ayudador y mi salvador; oh SEÑOR, no te demores.
David fue testigo de cómo Dios lo libró de la muerte de varios enemigos, incluyendo de un oso, un león, Goliat y su propio hijo Absalón. A pesar de los sismos emocionales y espirituales que experimentaba, Dios le concedía alegría y felicidad cuando David se refugiaba en Él.
Pero ¿qué podemos aprender de esta historia?
- Dios es nuestro Salvador y nuestro Refugio. Cuando nos sentimos desesperados y sin saber qué hacer, debemos acudir a Él y pedir su ayuda.
- La paz y la alegría no se encuentran en el mundo, sino en nuestra relación con Dios.
Te invito a que te refugies en Dios y busques su favor en tus momentos de dificultad. Recuerda que Él es tu Salvador y que siempre estará contigo.
No te desanimes, porque Dios es capaz de librarte de cualquier adversidad y darte la verdadera alegría y felicidad.
Hoy, tenemos la oportunidad de refugiarnos en Dios y encontrar paz, alegría y gozo en momentos de dificultad. ¿Estás pasando por un momento difícil? ¿Te sientes abrumado o desesperanzado? Recuerda que Dios está contigo y te ayudará.